Fechas como los carnavales son importantes a la hora de buscar un disfraz. Conscientes de ello, vamos a exponer algunos consejos que pueden ser de gran ayuda a la hora de encarar su elección:
Pensemos en la opinión de los pequeños
Aunque puede parecer algo evidente, no siempre es así. El caso es que hay que dejar que se haga patente su personalidad, como son y no cómo querríamos que fueran. No hay que tener miedo a que los niños sean distintos de los otros.
Los gustos que tienen los podemos ver reflejados en la manera de vestir y elegir un disfraz, pues podemos ver, tanto la personalidad que tienen como los intereses. Lo mejor es intentar no imponerles los gustos que tengamos, pues con ellos les mostraremos la visión del mundo que tenemos.
Abrir el campo de mira
Exista más vida, no solo existen las series y los dibujos animados para los pequeños. El pensar juntos el disfraz que tendremos en carnaval puede ser una buena excusa para que se traten otros intereses o temas para cuando llegue ese momento.
Elegir los disfraces no violentos o que no sean sexistas
Esta clase de disfraces van a reflejar los valores y tendría que evitar los que fomenten agresividad o violencia, como sucede con los soldados o con personajes que lleven armas. Siempre van a existir alternativas de carácter pedagógicas tales como los deportes o las profesiones de trabajo en equipo.
Pensemos que los disfraces son como los juguetes, los cuáles todavía están arrastrando estereotipos en cuanto a género. Las niñas van a estar disfrazadas de princesas y los niños de superhéroes y caballeros que las van a defender.
Una buena solución es no tener miedo a decirle a tu hija que se disfrace de bombero o astronauta o a tu hijo de enfermero o profesor.
Por desgracia nos vamos a encontrar con la versión femenina de bastantes disfraces, donde la diferencia con respecto a los niños es contar con una falda corta o un escote sexy.
En este caso, las distinciones pueden llegar a tener un efecto más a largo plazo, puesto que los niños tienen una percepción sobre los roles a nivel de género. Hay que pensar que los disfraces y juguetes pueden llegar a influir incluso en la materia de estudio que elegirá nuestro hijo, su profesión futura o los roles en la sociedad. En base a ello, lo mejor es abrir un mundo bastante más amplio en cuanto a posibilidades en las que podemos elegir, en vez de que se limiten las elecciones y el futuro con los estereotipos.
Es una magnífica idea el sentarse con los hijos para saber si se sienten discriminados en algún momento o han pasado a estar ridiculizados por los compañeros. Se les debe enseñar que deben respetarse las decisiones y también los gustos de cada persona.
La seguridad
Como nos recuerdan desde lacasadelosdisfraces.es, hay que asegurarse de que los disfraces van a cumplir una serie de medidas a nivel preventivo para que los pequeños pueden disfrutar de ese día especial de forma segura.
Desde la Asociación Nacional de Seguridad Infantil se nos recomienda a la hora de adquirir disfraces, que cumplan con el marcado CE y si es apto o no para los pequeños que tengan menos de 36 meses. Pensemos en que es necesario evitar cuerdas en gorros y colgantes, así como los que cuenten con piezas pequeñas que puedan desprenderse en los menores de tres años.
Al igual que sucede con los juguetes, es fundamental que pelucas y tejido no vayan a ser inflamables y elegir la talla ideal del disfraz para que no tropiecen o puedan ir incómodos. Si optamos por maquillas a nuestros pequeños, lo mejor es que sea de productos naturales de cara a evitar las reacciones de carácter alérgico. En el caso de las máscaras y caretas, deberán tener buena visibilidad y entrada de aire.
Aprovechar la oportunidad de aprender
Al disfrazarse no solo se juega, también se aprende. Debemos pensar que los disfraces lo que hacen es favorecer el juego en el campo simbólico, tanto en época infantil como ya de adultos.
No olvidemos que se deben crear los pequeños sus propias historias y en los personajes los niños usan la imaginación, usando la empatía cuando se ponen en el lugar del otro, ejercitando la memoria para así imitar al personaje.
No olvidemos que se produce un desarrollo en habilidades sociales cuando se relacionan con otros niños al jugar en común. Hablamos de que tienen que aprender de forma lúdica.