Varios estudios han comprobado que el vino tinto previene enfermedades cardiovasculares y mejora el funcionamiento mental. Sin embargo, los blancos también aportan numerosos beneficios para la salud. El vino blanco es el favorito de la población femenina por encima del tinto.
Incluso, los ‘millennials’ también apuestan por los blancos cuando van de copas. Donde más se consume vino blanco en todo el mundo es en Luxemburgo, Australia, República Cecha y Nueva Zelanda.
El vino blanco se puede elaborar con cualquier tipo de uva, ya que no es necesario que sean uvas blancas. Hay diferentes tipos de uvas para la vinificación blanca: Airén, Alarije, Macabeo, Pardina, etc.
Los blancos son más bajos en contenido alcohólico con respecto a los tintos, y tienen menos calorías. Además, contienen calcio, magnesio, potasio, hierro, zinc, fósforo, riboflavina, vitaminas K, B6 y niacina.
Los profesionales de Bodegas Bocopa explican que la mayoría de los vinos blancos son de bajo contenido en azúcares residuales, es decir, unos 2 gramos por litro, con una media de 70 calorías por vaso.
El resveratrol que se encuentra en el vino blanco ayuda a mantener los huesos fuertes y a no sufrir una disminución de la masa muscular. Los expertos explican que es mejor servirlo y tomarlo sobre los 9 grados si es un vino joven, pero si es un vino fermentado en barrica se toma a unos 11 grados.
Opta por el blanco para tomar el aperitivo y los primeros platos como ensaladas, pastas, cremas, sopas, paellas, arroces y pescados. No puedes beber el vino en cualquier copa y tampoco puedes servir el vino en un vaso, porque el tallo permite que sostengas la copa sin que transmitas el calor de tus manos al vino, para no alterar su temperatura.
Evita llenar la copa hasta arriba, para poder mover el vino con libertad y evitar que acabe derramándose. No utilices copas húmedas para servir vino, por lo que debes secarlas y limpiarlas para no afectar al sabor.
Para no influir en la percepción de los aromas y sabores, opta por una copa de cristal y transparente. Si quieres disfrutar de un vino blanco afrutado escoge una copa de cuello amplio y de tallo más bajo.
Para tomar un blanco seco es mejor una copa con mayor volumen, un tallo alto, un cuello en cilindro y una base de cáliz ancha. Esta copa permite que el vino en el interior respire y que se puedan concentrar los aromas. Sin embargo, para los vinos espumosos la copa ideal debe ser vertical, denominada flauta.
El periódico digital Okdiario explica un falso mito sobre el vino, que es el siguiente: «Según algunos, nunca se debe mezclar vino tinto con vino blanco. Pero esto es completamente falso, porque no hay evidencia científica que respalde esta afirmación. Alguien piensa que mezclar estos dos tipos de vino corre el riesgo de enfermar. En realidad no hay sustancias que puedan entrar en conflicto».
Los beneficios que aporta el vino blanco son los siguientes:
Antioxidante
El vino blanco contiene una cantidad de antioxidantes similar a la que se encuentra en el aceite de oliva.
Previene el cáncer de mama
El vino blanco previene la aparición del cáncer de mama. Varios estudios han comprobado que este vino puede reducir hasta un 50% el riesgo de tumores intestinales.
Menos congéneres
El vino blanco no produce tanta resaca, ya que las bebidas alcohólicas oscuras contienen más congéneres, es decir, componentes biológicamente activos que son responsables de las resacas. El vino blanco tiene muchos menos que el tinto y que el ron.
Protege el cerebro
Se ha comprobado que tres copas de vino blanco a la semana, tienen un efecto protector sobre el cerebro, porque el ácido fenólico protege de enfermedades neurodegenerativas.
Ayuda a perder peso
Un estudio realizado en la Universidad de Hohenheim (Alemania) comprobó que este vino ayuda a eliminar grasa, porque las personas que bebían vino blanco con moderación, perdían peso antes que aquellas que bebían zumo de frutas naturales.
Mejora el sueño
Consumir una copa de vino blanco por la noche aumenta las horas de sueño profundo.
¿Cuáles son los mejores quesos para marinar con un vino blanco?
Los mejores quesos son:
–Queso fresco: Los vinos blancos jóvenes combinan a la perfección con un requesón, porque la cremosidad le dará más sabor afrutado.
–Queso brie: Este queso potencia el sabor del vino blanco, incluso, puedes añadir otro ingrediente dulce, como unos higos.
–Queso de cabra: La acidez del vino queda marcada con el queso de cabra, ya que es uno de los más potentes.
–Roquefort: Este queso activa todos los sentidos y aporta el punto extra de alegría que el vino necesita. También puedes escoger un queso azul porque tiene una textura similar.