La cocina tradicional, la de siempre, elaborada con recetas sencillas pero llenas de sabor, cocinadas a fuego lento durante mucho tiempo, con productos de la huerta, la más económica porque utiliza los productos de temporada, la que nos recuerda el calor de nuestra casa, las travesuras de la niñez, esa que nos hace volver la vista atrás, es la que nos preparan nuestras abuelas. Todos tenemos en mente algún plato que nos hace la boca agua, como se dice vulgarmente, todos añoramos aquel toque especial de la abuela. La comida que preparamos nosotros puede estar muy rica, pero… como aquello nada.
En España, la cocina y la gastronomía forman parte de las directrices distintivas de nuestro país, es un factor social más, pues está muy presente en nuestras costumbres. Pongamos como ejemplo una costumbre muy típica, las tapas, algo muy característico de nuestra cultura, quedamos con los amigos para tapear, quedamos con la familia para comer, para cenar, para celebrar algo o simplemente para vernos y hablar un rato.
Hoy nuestros abuelos pueden seguir reuniendo a su familia en torno a una mesa en los apartamentos tutelados para mayores de Sanvital, en Madrid, puesto que ofrecen la intimidad y el calor de un hogar con una atención personalizada y cercana. Están disponibles con distintas distribuciones y tamaños para que cada persona elija el que mejor se adapte a sus necesidades, con apartamentos amueblados o donde cada residente puede aportar su propio mobiliario para sentir que nada le falta, que cada cual se pueda sentir como en su propia casa, con más servicios de los que pueda imaginar. Es por ello por lo que, en ellos, la comida nos resultará tan familiar que será como si hubiésemos comido en la casa en la que nuestros mayores han residido toda su vida.
La cocina española es tradicional por los cuatro costados, según los estudios realizados en nuestros hogares, son mayoritariamente las mujeres las que se ocupan de la cocina, aunque esto va cambiando progresivamente según baja la edad de los encuestados; por otro lado también las recetas van pasando de generación en generación y son mayoritarias las personas que reconocen que fueron sus madres quienes les enseñaron las técnicas, trucos y platos de cocina, así como quienes les dieron los mejores consejos para ponerlos en práctica. Así también observamos que la cocina tradicional, con nuestra aclamada y reconocida mundialmente dieta mediterránea, gana por goleada a la cocina de autor o cocina creativa. La realidad que se sigue respirando entre las fronteras de nuestro país es que la mayoría de comensales continúa prefiriendo un buen guiso o un plato de cuchara de toda la vida a la cocina innovadora con nuevas técnicas como la esferificación, las espumas o el nitrógeno utilizadas por los nuevos chefs, por ello, a día de hoy, la cocina tradicional sigue muy vigente en nuestros restaurantes, aunque por supuesto siempre con un toque de modernidad y distinción que la diferencia de los platos que cada uno de nosotros pueda preparar en su casa y que hacen que de vez en cuando nos podamos permitir el lujo y el gusto de comer fuera.
¿Cómo influye la cocina en nuestra salud?
Alimentarse bien puede prevenir, aliviar o mejorar muchos problemas de salud, por ello la alimentación juega un papel tan importante, hay determinadas patologías contra las que se puede luchar a través de la forma de alimentarnos, por ejemplo, si tenemos elevados los niveles de glucosa, tendremos que prescindir o reducir la ingesta de determinados alimentos como la patata, los hidratos de carbono, los azucares, etc. La forma de preparar o cocinar los alimentos también determina que un producto sea o no más saludable, puesto que podemos estar añadiendo un aporte calórico al alimento que no tenía, por ejemplo, unas habas es un alimento muy sano con un aporte de fibra, proteínas e hidratos de carbono adecuado, pero si le añadimos chorizo, tocino o morcilla, el resultado es un plato al que le hemos añadido un aporte calórico importante y una cantidad de grasas que al final puede que ya no resulte tan saludable. No debemos olvidar tampoco que la forma de cocinar los alimentos puede hacer que estos pierdan algunas vitaminas y minerales, por ejemplo, cuando se someten durante la cocción a altas temperaturas.