Cuando Nuestra Forma de vestir se Convierte en Arte

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La Moda ha evolucionado mucho con el tiempo y cada vez son menos los que dudan la gran capacidad de expresión que ofrece la Moda.

Y es que, sí, para algunos la ropa solo es ropa pero si lo pensamos mejor, en nuestra elección de vestuario también estamos dando mucha información sobre quiénes somos, nuestros gustos y personalidad.

Puede que ese dicho de que “una imagen vale más que mil palabras” resuene tanto porque, en cierta medida, nuestra imagen importa pero sobre todo, si la entendemos desde su vertiente más creativa, expresiva y de auto-conocimiento.

En ocasiones, no sacamos partido del gran valor que tiene entender cuál es nuestro estilo. De hecho, una mujer no es realmente fea o guapa, estos son valores que se construyen con nuestra actitud y con nuestra capacidad, precisamente, de encontrar nuestro look, nuestro estilo único y con marcada personalidad.

Es por ello, que muchos estilistas recalcan la importancia de conocerse para encontrar el estilo más adecuado.

Hay quienes compran sin tener en cuenta este sentido de “estilo” que, definitivamente, marca la diferencia a la hora de elegir entre unas prendas u otras.

Ya sea comprando en HHG, donde las prendas tienen un corte muy femenino o en Levis donde tendremos prendas de gran calidad y con un sentido más práctico.

Una vez que entendemos que la moda es todo un arte y su capacidad expresiva empezaremos a hacer un tipo de compra muy diferente.

La Moda como Elemento Transformador de la Sociedad

Pablo Pena González, entre otros señala que la moda aún no ha conseguido reconocerse como objeto o medio artístico pero no por ello deja de serlo.

Entre una de las razones está el hecho de que la moda siempre ha sido atribuida más a ser “cosa de mujeres” y desde una perspectiva un tanto peyorativa. Podemos encontrar en la actualidad muchos ejemplos de cómo esto está cambiando y, con ello, también un acercamiento a la igualdad de género.

Son diferentes los ejemplos de performances increíblemente artísticas realizadas en la pasarela, desde Han Nafkens en 2006 con una instalación que montó para su propia colección de pinturas y fotografías de artistas como Jeff Wall, Sam Taylor-Wood, Bill Viola y Féliz González Torres. Gran parte de este proyecto era, precisamente, el de reflejar el arte y la moda como un mismo recurso histórico.

Por otro lado, algunos de los diseñadores de moda han sido reconocidos como auténticos artistas, como es el caso de Yves Saint Laurent que se colocó como el mayor artista contemporáneo del diseño en Francia.

Otro nombre indispensable en esta mención para entender la carga artística que viene con la moda es Balenciaga, considerado como el máximo exponente de la alta costura.

Este diseñador tenía un dominio increíble sobre la confección y la capacidad de crear acabados perfectos sin la necesidad de hacer muchas pruebas.

Coco Chanel, por su lado, también trajo no solo cambios en la forma de confeccionar las prendas para mujeres sino que vino con una nueva idea de mujer.

De ahí, la importancia de entender la calidad de un patrón para realzar la figura y personalidad femeninas. De hecho, a Coco Chanel se la relaciono con personalidades del mundo del arte como Picasso, Cocteau, Stravinsky o Pual Reverdy, quienes elogiaban el especial gusto y mirada de la diseñadora a la hora de confeccionar sus prendas.

De hecho, fue Coco Chanel quien propició el nacimiento de un nuevo tipo femenino, la designada “Mujer Nueva” que no se resignaba al limitado papel que la sociedad le reservaba sino que se proclamaba independiente y que pedía a gritos demostrar que también podía acometer cualquier tarea masculina.

Entre algunas de sus frases que quedarían para la posteridad se encuentran: “ La moda pasa, solo el estilo permanece” o “Para ser irremplazable, se debe ser diferente”.

Entre algunas de las aportaciones de Coco Chanel a la moda está la de liberar a la mujer del corsé. Ella liberalizó la silueta de la mujer y adaptó cómodas prendas masculinas al cuerpo femenino, algo que la catapultaría al éxito.

De esta manera, demostró cómo la elegancia y el estilo no son sinónimo de la clase social y democratizaría la moda de una forma que también ayudó a propulsar un cambio social y toda una revolución al darle un giro a la forma de entender “lo femenino” y “lo masculino”.

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