Resulta impensable concebir una película cinematográfica sin la fotografía. Sin ella, no sería posible realizar las películas como las conocemos, dado que la imagen que se muestra en una fotografía es la base del metraje compuesto por miles y miles de fotogramas. Por cada segundo de película, se pasan veinticuatro fotogramas o fotografías. Al pasarse de forma continua, obtenemos la imagen en movimiento. Siendo así, el arte conocido como fotografía, se convierte en la base otro arte, el séptimo.
Vamos a aprovechar este articulo para adentrarnos un poco en el mundo de la fotografía dentro del celuloide, comentando aspectos tales como el análisis fotográfico de una película o como apreciar la fotografía dentro de la película. Porque a buen seguro, la mayoría habéis oído eso de “que buena fotografía” o incluso premio a la mejor fotografía de tal película y, sin entender muy bien a que se alude. A partir de ahora, este concepto te dirá algo y te ayudará a entender los aspectos técnicos del mundo del cine y como ayudan a enfatizar lo que el director de una película quiere contar.
Como bien sabemos todos, los fotógrafos o fotógrafas, son profesionales que se dedican a plasmar escenas en imágenes. Para ello pueden valerse de cualquier técnica y composición. Retratar personas o animales, dedicarse a la fotografía de la naturaleza, reportajes, etc. Existen numerosas profesiones derivadas de este arte que sirve para capturar los momentos. Algunos de dedican a la fotografía periodística en tanto que otros, se decantan por el retrato, como es el caso de Ana Galán Fotografía. Sin embargo, el mundo del cine, permite conjugar todas las variantes de fotografía existente, pues no solo se fotografía a los actores, sino a los escenarios.
La belleza detrás del arte
La fotografía de una película, como ya hemos comentado, se compone de una serie de fotogramas, veinticuatro, por segundos. Una ráfaga de imágenes que se efectúan en movimiento, creando la acción que transcurre en la pantalla y todos podemos contemplar. No obstante, la fotografía va más allá de la pura técnica, por lo que hay que aprender a apreciar la belleza que emana de la fotografía cinematográfica.
Empecemos entonces por el principio. Aunque no seas una persona cinéfila, sabes de la importancia y existencia de la fotografía en el cine, pero no acabas de comprender porque se trata de un concepto tan trascendental. Sin embargo, la fotografía en el celuloide, se ocupa de llevar a la gran pantalla el concepto ideado por guionistas, directores y demás profesionales implicadas. La misión de la fotografía es potenciar la narrativa que muestra el guión, puesto que se trata de la herramienta de la que se sirve el director o directora de la película para lograr una determinada calidad y atmósfera. El director de fotografía es el encargado de crear esas imágenes que impacten en el espectador y para logarlo, debe tener en cuenta una serie de elementos como que la película consiste en una narración con imágenes, los recursos humanos disponibles, la cinematografía digital, iluminación, preproducción audiovisual, postproducción audiovisual y corrección de color.
Luces, colores, texturas, encuadre, posición de los actores y atrezo… todo es parte integra del alma de la película. La importancia de la fotografía de una película reside en la capacidad de la misma para transmitir el mensaje que pretende el director. Cabe recalcar que la luz es el elemento indispensable de la fotografía y por ende, del cine, puesto que sin luz no habría imagen posible y el cine, perdería su esencia.
De manera simple, podemos decir que una grabación no es otra cosa que una sucesión de imágenes en movimiento. Sin embargo, es posible analizar esas imágenes y obtener información sobre cómo se ha realizado o lo que quiere decir la narración. Los elementos que deben tenerse en cuenta para analizar la fotografía de una película son el escenario, la distancia de la cámara, los tipos de plano utilizados, el encuadre, la disposición de los personajes y su dirección, el movimiento de la cámara, la iluminación y el tratamiento del color utilizado.
Todos estos elementos, muy similares a los reseñados anteriormente, influyen de manera directa en el resultado de la fotografía de la película. Cada uno de los planos que compone la película, transmite algo concreto al público. Así, el escenario, el entorno en el que se desarrolla la acción, da contexto y establece el tono de la escena. La distancia de la cámara permite cambiar o alterar la percepción del espectador. Los diferentes tipos de plano influyen en la atención y percepción de los personajes por parte del público, por citar algunos ejemplos.
En otras palabras, si evocamos una escena romántica, es posible modificar la luz para que parezca una puesta de sol y proporcionar un aspecto más sentimental a la mirada del espectador. Del mismo modo que un juego de contraluces durante una escena en la que se desarrolle una partida de póker, mientras los jugadores fuman y todo está lleno de humo, proporciona misterio e intriga. Sin un buen director de fotografía, la escena será totalmente diferente.
De la mano de todas las direcciones, arte incluida
Una película es el resultado de una colaboración meticulosa con diferentes departamentos, como vestuario, iluminación, decorados o dirección de arte. Este último, relacionado de manera muy estrecha con la fotografía. Hay que tener en cuenta que una luz determinada debe estar acompañada por los elementos necesarios. Si se trabaja con una luz alegre o triste, el vestuario y resto de objetos que componen la escena, deben acompañar a ese sentimiento.
Composición y encuadre, son elementos que corresponden al director de fotografía que debe decidir el tamaño de los planos y los elementos que deben aparecer en la escena. De tal manera que si la intención es transmitir una sensación de vacío al espectador, los planos deben ser amplios y no contar con ningún tipo de elemento en primer plano. Por el contrario, si la intención es centrar la atención del espectador en algún elemento en particular, hacer uso de un primerísimo plano del objeto o parte del cuerpo, pondrá el énfasis necesario.
Siendo así, es fácil comprender como deben trabajar conjuntamente el director de arte y el de fotografía, con la finalidad de proporcionar la coherencia visual a las imágenes que van a componer la película.
También podemos apreciar a lo largo de cualquier película, como la fotografía ayuda a expresar y enfatizar el estado de ánimo de los personajes. Es posible observar cambios de colores en las luces y la escena en función de ese estado anímico que padece el personaje. Esto puede comprobarse de manera muy clara en películas como La La Land, que se llevó el Oscar a la Mejor Fotografía en su momento. Sin embargo, la luz no se utiliza únicamente para expresar las emociones de los personajes, también se utiliza para destacar algo frente al resto de elementos que componen la escena. Por ejemplo, un sencillo halo de luz que cae sobre un objeto o personaje, dejando el resto de la escena a oscuras.
Nada como ver películas que cuenten con una buena fotografía para entender el concepto y aprender a apreciar este aspecto de la cinematografía en toda su esencia.
Su importancia dentro del contexto narrativo mediante la imagen, reside en que favorece la narración al tiempo que favorece a los elementos que se encuentran dentro de la película. Su papel es de vital importancia para el resultado final de una película, el director de fotografía debe seguir las indicaciones del director para lograr los mejores resultados. Por lo general, los directores de fotografía cuentan con su sello personal y propio a la hora de realizar la fotografía de una película, sabiendo transmitir en cada momento lo necesario.
Sin embargo, la fotografía en el celuloide resulta para muchos la gran olvidada. A la vez, protagonista y actriz de reparto. No todo el mundo sabe que está ahí y, los que reparan en ella, no comprenden muy bien cuál es su verdadera función y la relevancia que posee. Ya decíamos al principio que sin fotografía, no habría cine. Sin ella sería imposible, no solo por su necesidad técnica y por ser la base de la imagen en movimiento, también por ser la que se ocupa de decidir el escenario, el encuadre, la distancia, la colocación de los personajes y los elementos, el movimiento dentro de la escena… Cada uno de los planos que compone la película se estudia en base a la fotografía “convencional”. Con el añadido de los aspectos técnicos como el tratamiento del color, la luz o las emociones como ya hemos citado anteriormente.
En resumen, el cine es una consecución de veinticuatro fotogramas por segundo. Cada uno de esos fotogramas no es otra cosa que una fotografía independiente. Razón por la que, a pesar de lo que pueda parecer a simple vista, una película no es un video, sino una sucesión de fotografías. No es lo mismo filmar que grabar, por lo que en televisión, la fotografía no es tan esencial. Para comprender estos conceptos de mejor manera, películas como Ciudadano Kane, El Resplandor o Stars Wars son excelentes ejemplos. Si te gusta más el color y la magia del detalle, Amelie, Gran Hotel Budapest o Her, pueden ayudarte a profundizar en la fotografía en el séptimo arte.