Las fotos de los eventos asociados a una boda merecen ser consideradas como arte

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De todas las formas de arte que existen sobre la faz de la Tierra, creo que hay una que está ligeramente menos valorada que otras. La gente suele valorar el poder que tiene la música, de la que nadie duda que es un verdadero arte. La literatura y la escultura le van a la zaga en este sentido, pero sus profesionales también suelen ser considerados como artistas, al igual que las personas que se dedican a la pintura. Sin embargo, suele dejarse de lado en este sentido todo lo que tiene que ver con la fotografía. Y es que el hecho de hacer fotos también tiene muchas razones por las cuales puede ser considerado un arte.

Hacer fotos no solo tiene que ver con coger una cámara y capturar un momento o un detalle. Las fotos, al igual que un dibujo o al igual que una novela, también hablan por sí mismas, también tienen cosas que decir y reflejan aquello que el fotógrafo nos ha querido decir. Están hechas con un propósito y con un estilo y lo cierto es que cada artista tiene una manera de hacerlas que puede ser muy diferente al de otro. Eso es lo bonito de un arte como este y no me cabe la menor duda de que, si bien no todo el mundo tiende a pensar que hacer fotos es un arte, hay una cantidad creciente de personas que sí que ha empezado a considerarlo como tal.

Hay muchas situaciones en las cuales un fotógrafo puede sacar todo su potencial. Hay asociaciones que organizan maratones temáticos y concursos en los cuales van apareciendo los nuevos talentos de la fotografía nacional. También hay que decir que hay eventos en los que un fotógrafo se puede lucir de lo lindo. Un evento deportivo puede ser excelente para ello, pero la verdad es que el evento del que vamos a hablar, que no es otro que una boda, es el mejor para ello. Y por eso os vamos a hablar de bodas de aquí en adelante.

Por mucho que la sociedad se haya transformado de una manera increíble de un tiempo a esta parte y que haya quien diga que ha aumentado el número de personas que no quieren casarse ni comprometerse con otra persona, lo cierto es que el número de matrimonios que se crean en el mundo continúa siendo espectacular. La Unión Europea presenta datos interesantes en este sentido que he querido compartir con todos vosotros y vosotras: y es que, según un estudio del que se hizo eco el portal web Statista, solamente Alemania contó con 390.000 matrimonios en 2022. Francia, con 241.000, ocupaba una segunda posición que fue escoltada por Italia, tercera, con 189.000. Nuestro país ocupó una cuarta posición con 172.000.

Ya os podréis imaginar que los fotógrafos de todos estos países se frotan las manos con la cantidad de matrimonios que se producen allí. Y es que no es para menos. Hoy en día, contar con un servicio de fotografía y vídeo es elemental en las bodas de Occidente y nadie quiere perder la oportunidad de inmortalizar un momento tan importante en su vida como lo es el día de su boda. Pero claro, cuando se deposita la confianza en un fotógrafo para una boda, este profesional no se puede limitar a hacer las fotos de costumbre, las que hace la gente con el móvil. Hay que ir uno o varios pasos más allá.

El trabajo de fotógrafo de bodas ha adquirido nuevas dimensiones en los últimos tiempos y me atrevería a decir que es más importante que nunca, cosa que es lógica puesto que nos situamos en la sociedad de la imagen y es precisamente con imágenes como tenemos que mostrar al mundo que ha sido el mejor día de nuestras vidas. Los fotógrafos de boda de Pedro Volana han vivido en primera persona esa importancia que le dan los novios y novias a esta cuestión y por eso ofrecen un servicio que ya no solo se limita a cubrir el día de la boda y la post boda, sino también la preboda, un evento que suele realizarse el día anterior por parte de los novios, que está al alza en España en los últimos años y que permite que el fotógrafo muestre por partida doble el artista que lleva dentro.

A mí me parece una idea estupenda lo de la preboda, soy un verdadero fan de un evento como este porque permite de algún modo a las dos personas que se van a casar dar la bienvenida a sus invitados y hacer que algunos de ellos, que no tienen por qué conocerse, empiecen a tratarse. Cuando eso ocurre y llegamos al día de la boda haciendo posible que las personas que acudan a ella se conozcan, aunque sea del día anterior, la experiencia y el disfrute es mucho mejor. Creo que esa es una de las claves por las cuales hay mucha gente que las organiza. Y la verdad es que los resultados son realmente interesantes en lo que tiene que ver con esos objetivos que planteamos.

A todos y todas nos gusta presumir de lo bien organizada que estuvo nuestra boda y del día tan espectacular que pasamos. Y está fuera de toda duda el hecho de que son las fotos los mejores elementos con los que vamos a contar para poder demostrarlo delante de cualquiera. Además, esas fotos se van a convertir de una manera instantánea en parte de los recuerdos más felices que tenemos de nuestra vida. Por lo tanto, van a adquirir un valor sentimental que es muy grande y del que no nos vamos a querer desprender en ningún momento de todo lo que nos quede de vida.

¿Cómo saber si estás con la persona adecuada? 

Hay gente para la que casarse es una decisión tan importante que, cuando se va acercando el momento de dar el “sí, quiero”, empieza a dudar de si la persona con la que se va a casar es la mejor para disfrutar del resto de la vida a su lado. ¿Cómo responder a esa pregunta con las máximas garantías? Hay una noticia publicada en el diario El Español en la que se desvelan 15 claves para saber si estamos con la persona adecuada para casarnos. Vamos a repasarlas.

  • Sentimiento de paz. Si la persona con la que estamos nos lo proporciona, la vida a su lado va a ser mucho más fácil sin ninguna duda.
  • Sentimiento de gratitud. Cuando sentimos que la persona que está a nuestro lado merece todo el agradecimiento por nuestra parte, está claro que significa que ha hecho mucho por nosotros o nosotras. Y eso siempre es positivo.
  • Deseo y ser deseado. Cuando estos dos sentimientos están en nuestro ser con esa persona, es buena señal también.
  • Ser visto de verdad. Significa que la persona sabe lo que necesitamos y lo que nos gusta, significa que nos conoce.
  • El respeto y el ser escuchado. Son dos de las cosas que tienen que hacer sólidas las relaciones de pareja pero también todas aquellas relaciones de amistad que tengamos.
  • La inspiración y la admiración. Se trata de valores que vamos a tener solamente con esa persona con la que debemos casarnos.
  • Sensaciones de seguridad, libertad y apoyo. Cuando las tenemos, tenemos la certeza cada vez más grande de que las personas que nos las proporciona es la indicada, es aquella con la que debemos casarnos.
  • Estabilidad. Es una de las cuestiones que no han de faltar en ninguna relación de pareja. Si nuestra relación es inestable, tendremos en contra todos los elementos para conseguir ser felices junto con la persona que hemos elegido. Y eso constituye un peligro que es mejor evitar.
  • Que seamos la prioridad para esa persona es fundamental para que nosotros y nosotras mismas la consideremos como una prioridad para nuestra vida y tengamos las ganas de casarnos con ella.
  • Considerar atractiva a la otra persona es fundamental. El físico, por mucho que muchas veces se diga que no, también tiene su punto de importancia en lo que tiene que ver con la elección de la persona con la que nos queremos casar.
  • Sentimiento de dedicación de la otra persona. Cuanto mayor sea, mayor será la seguridad que tengamos para casarnos con ella.

En resumidas cuentas, una boda es algo especial desde todos los puntos de vista. Por una parte, es importante en lo que tiene que ver con la vida que se presenta para más adelante porque vamos a elegir a la persona que va a ser nuestra compañera de todo. Por otro lado, también va a ser elemental en tanto en cuanto nos va a permitir guardar un recuerdo que sin duda va a ser uno de los mejores de nuestras vidas y que se va a manifestar en las fotos que tengamos de ese día tan especial y que va a acompañarnos a lo largo de toda nuestra vida.

 

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